domingo, 10 de abril de 2022

DOMINGO DE RAMOS

 

RECUERDO

Por años, durante la misa del domingo de ramos, escuchaba la lectura de la pasión de Jesús, contada por tres personajes. El sacerdote que leía los diálogos de Jesús, el cronista que leía la descripción general, digamos el narrador y un tercero que leía los demás diálogos. No soy persona a quien le guste el teatro, como actor me refiero, sin embargo, todos los años pensaba en que me hubiera gustado leer uno de los dos personajes, posiblemente el cronista.

Hace once años, durante la misa del domingo de ramos, en la capilla de las hermanas benedictinas de el Pinar se cumplió este deseo.

Llevé el libro a mi casa para practicar el largo pasaje.

Generalmente el sacerdote celebrante venía desde la cercana capilla de Santa Rosa de Lima de El Pinar. Muchas veces escuchábamos a sacerdotes que estaban participando de un retiro. Ese domingo 17 de abril de 2011 no recuerdo quien fue el padre celebrante.

Sonriente comencé a leer. Parte de las intervenciones las realizaban las hermanas con espléndidos cánticos.

La celebración se fue desarrollando normalmente. Yo era realmente un cronista, un narrador, un lector, solo eso. Con mi mejor voz seguí las líneas del texto.

Cuando comencé a leer el relato de la pasión propiamente dicha aconteció que, sin que mediara ninguna palabra, las hermanas se pusieron de rodillas. Fue el momento en que experimenté de un modo especial la situación, que participé, que me sentí parte del relato, inconscientemente bajé la voz y en ese silencio sepulcral leí casi en un susurro. Realmente me sentí compañero de las hermanas y de los asistentes, venerando con ellos el misterio del sufrimiento que padeció nuestro redentor, la causa por la que derramó su sangre, en rigor por nosotros mismos. Aunque no comprendamos los planes de dios acepté el misterio confiando en Él.

Días después, con esa infinita gentileza que suelen tener las hermanas, una de ellas, ya con unos cuántos años, me dijo: «Nunca escuché a nadie leer tan bien el pasaje del domingo de Ramos, y se imaginará que he escuchado unas cuántas lecturas».

A partir de ese día, participo de otra manera. He realizado en varias oportunidades alguna de las lecturas. No la del domingo de ramos, esa no se repitió y no es necesario, pues me dejó un sentimiento que no puedo expresar, que me acompaña en cada celebración.

Hoy he participado de la misa a través de la emisión por internet. De cualquier manera, oigo muy poco y la forma de participación presencial de la misa la realizo leyendo en el móvil.

domingo, 20 de marzo de 2022

DESCALZARSE


Mar de Galilea - noviembre de 2015
    En la primera lectura del día de hoy el ángel del Señor pide a Moisés que se quite las sandalias, porque el terreno que pisa es “Tierra Santa” (terreno sagrado en otras traducciones). Primera mención de la Biblia a la “Tierra Santa".

    Durante nuestra peregrinación, por lo menos una vez, en el mar de Galilea experimentamos esa sensación de quitarnos el calzado, de pisar la tierra, la arena, de caminar entre las pequeñas piedras, de sentir el agua del mar donde caminó Jesús.

    En el mismo pasaje del éxodo (Ex 3, 1-14) Moisés pide a Dios su nombre y este responde: “Yo soy el que soy”. El creador del ser como verbo. También hay quien interpreta que podría traducirse como Yo soy el que estoy. El que está siempre con su pueblo, con el hombre.

    También descalzarse significa humildad, lo descalzos suelen ser los pobres, los humildes. Caminar descalzo es también un gusto que se aprende a saborear. De joven solía ir y venir al río caminando descalzo. Hasta que regresaba a los adoquines y el hormigón de las calles de la ciudad. Mi abuela solía insistirme en que me calzara. Yo llevaba las chancletas en la mano y respondía: «tengo puestos mis zapatos naturales». 

sábado, 19 de marzo de 2022

SAN JOSÉ

Hace años que rezar el rosario se transformó en un rato diario de escape. Un rato que no todos los días encuentro y que muchas veces debo interrumpir, por mi propia voluntad mundana, y luego, en ocasiones, retomo o recomienzo.

Hoy es sábado y corresponden los cinco misterios gozosos. ¿Cómo tener en cuenta a San José, en este día y en este momento? Es simple, ¿verdad? Alcanza con que lo invite a participar de lo que hago en este momento. Incluiré un comentario de su vida, un misterio más. Parece sencillo, pero no lo es para nada, debo dejar de lado, por hoy, otros misterios. Es así que reordenando sigo la siguiente serie:

MISTERIOS GOZOSOS

1.       Anuncio del ángel a María. Sin modificar

2.       La visitación. Lo sustituyo por José y María rumbo a Belén

3.       Nacimiento de Jesús. Sin modificar

4.       Presentación de Jesús en el templo. Sin modificar

5.       El niño perdido y encontrado. Lo sustituyo por Jesús y José, camino de dos carpinteros.

Para el segundo misterio puedo meditar:

Atrás han quedado el anuncio, el misterio, el temor, la sorpresa y los sueños. Con lentitud María cabalga sobre el borrico, junto a José. Más de cien quilómetros de difíciles senderos unen y separan Nazaret de Belén. ¿Cuántas miradas? ¿Cuántas preguntas sobre ese niño que esperan recibir? Imaginemos que no sabemos nada, solo lo que se ha anunciado por el ángel, por la ley y por los profetas.

Para el quinto misterio puedo meditar:

Jesús aprende un oficio y lo desempeña, como aprendiz y ayudante al principio. Marchan a diario desde Nazaret a su lugar de trabajo. No es un trecho largo.  En el borrico llevan las herramientas, maderas ya trabajadas, su comida para el día… ¿De que hablan? Cómo cualquier padre José instruye a Jesús en su oficio, en la vida, en la letra viva de lo antiguos profetas que ha conservado en su memoria. Quizá en algún momento cantan o recitan un salmo.