sábado, 19 de marzo de 2022

SAN JOSÉ

Hace años que rezar el rosario se transformó en un rato diario de escape. Un rato que no todos los días encuentro y que muchas veces debo interrumpir, por mi propia voluntad mundana, y luego, en ocasiones, retomo o recomienzo.

Hoy es sábado y corresponden los cinco misterios gozosos. ¿Cómo tener en cuenta a San José, en este día y en este momento? Es simple, ¿verdad? Alcanza con que lo invite a participar de lo que hago en este momento. Incluiré un comentario de su vida, un misterio más. Parece sencillo, pero no lo es para nada, debo dejar de lado, por hoy, otros misterios. Es así que reordenando sigo la siguiente serie:

MISTERIOS GOZOSOS

1.       Anuncio del ángel a María. Sin modificar

2.       La visitación. Lo sustituyo por José y María rumbo a Belén

3.       Nacimiento de Jesús. Sin modificar

4.       Presentación de Jesús en el templo. Sin modificar

5.       El niño perdido y encontrado. Lo sustituyo por Jesús y José, camino de dos carpinteros.

Para el segundo misterio puedo meditar:

Atrás han quedado el anuncio, el misterio, el temor, la sorpresa y los sueños. Con lentitud María cabalga sobre el borrico, junto a José. Más de cien quilómetros de difíciles senderos unen y separan Nazaret de Belén. ¿Cuántas miradas? ¿Cuántas preguntas sobre ese niño que esperan recibir? Imaginemos que no sabemos nada, solo lo que se ha anunciado por el ángel, por la ley y por los profetas.

Para el quinto misterio puedo meditar:

Jesús aprende un oficio y lo desempeña, como aprendiz y ayudante al principio. Marchan a diario desde Nazaret a su lugar de trabajo. No es un trecho largo.  En el borrico llevan las herramientas, maderas ya trabajadas, su comida para el día… ¿De que hablan? Cómo cualquier padre José instruye a Jesús en su oficio, en la vida, en la letra viva de lo antiguos profetas que ha conservado en su memoria. Quizá en algún momento cantan o recitan un salmo.

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