jueves, 29 de marzo de 2018

JUEVES SANTO


     Jesús después de la última cena se dirige al monte de los Olivos para orar al padre.

Atrás ha quedado su nacimiento en un pesebre
Su vida en la Sagrada Familia

Su vida de trabajo, al igual que José: carpintero.
Sus predicaciones, sus parábolas, sus enseñanzas
El anuncio del Reino de Dios
Sus signos, sus milagros

Ha dejado a sus discípulos, a los apóstoles
Acababa de instituir la Eucaristía

     Se dirige a dar el sí al Pare, un sí libre y voluntario para realizar la más grande de sus obras
     Al pie de la cruz encontrará a María, como cuando vino a este mundo

viernes, 23 de marzo de 2018

DOMINGO DE RAMOS



Fresco de la iglesia Santa Rosa de Lima
ciudad de Santa Rosa

   La Semana Santa comienza el Domingo de Ramos y ese día la celebración comprende dos pasajes del Evangelio.
   Es bastante usual que después de la lectura del primer pasaje haya una pequeña procesión que puede ser en el interior del templo; continúa luego la celebración tradicional, con las tres lecturas por parte de laicos y luego se lee la pasión. En ésta pueden participar además del sacerdote otros dos lectores.
   Se trata de dos pasajes muy diferentes que pueden parecer hasta opuestos:

      a)      La entrada triunfal de Jesús en Jerusalén
      b)      Pasión de nuestro Señor Jesucristo



       a)   La entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.

En un signo de humildad Jesús ingresa a Jerusalén montado en un asno. Había viajado sobre un asno estando todavía en el vientre de María, cuando José y la Virgen se trasladaron a Belén para el censo. Posteriormente, viajaría después de su nacimiento rumbo a Egipto, también sobre un borrico.               Sobre una mula se trasladó el rey Salomón, hijo de David, hasta el lugar donde se le iba a ungir como rey. 
Dice el profeta Zacarías (Za 9,9)   “…he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno,”
Mc 11,7) Traen el pollino donde Jesús, echaron encima sus mantos y se sentó sobre él. 8) Muchos extendieron sus mantos por el camino; otros, follaje cortado de los campos. 9) Los que iban delante y los que le seguían, gritaban: « ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! 10) ¡Bendito el reino que viene, de nuestro padre David! ¡Hosanna en las alturas!» 11) Y entró en Jerusalén, en el Templo, y después de observar todo a su alrededor, siendo ya tarde, salió con los Doce para Betania.
Fresco de la iglesia Santa Rosa de Lima
ciudad de Santa Rosa

b)     Pasión de nuestro Señor Jesucristo
Iré agregando comentarios a través de la semana, por el momento diré que:
Hace unos años solía asistir a la misa que se celebraba en el convento de las Benedictinas en el Pinar. Unos días antes de Semana Santa me invitaron a hacer la primera lectura, lo recordé hoy miércoles 21, en un breve texto del libro del profeta Daniel se repiten varias veces de forma sucesiva tres nombres algo complicados. Haciendo mi mayor esfuerzo logré salvar el trabalenguas.
En el evangelio de la pasión, que como decía al comienzo, se lee a posteriori, pueden intervenir tres actores. El que lleva los diálogos de Jesús, que es el sacerdote, el que representa a los otros personajes (en ese momento lo leyó mi señora) y el  comentarista. Yo tuve en esa oportunidad la enorme gracia de poder ser el tercer lector. Había también algunos pasajes de los comentarios cantados por las hermanas.
Me es imposible describir mis sentimientos en ese momento. el día anterior llevé a mi casa el texto para practicar la lectura. Comencé leyendo con voz elevada, como suelo hacerlo, hasta con alegria. En esa pequeña parroquia no había altavoces. Instante a instante me fui sumergiendo en el texto.
Llegué al momento de la oración en el Getsemaní, cuando Jesús vuelve a despertar a los tres discípulos que duermen y vino a mi memoria cuántas veces uno debió haber dicho algo y no lo dijo, y tal vez no hubo luego otra oportunidad.
Leí el pasaje de la negación de Pedro. El juicio...
Mi voz fue cambiando con la historia. Por supuesto solo nosotros hablábamos y el silencio era profundo, sentido.
Hubo un momento en que las hermanas se arrodillaron y las siguieron el resto de los presentes. “Elí, Elí…”
No puedo describir lo que fue el silencio y lo bajo que pude hablar… Nunca olvidaré ese momento y nunca se volverá a repetir. Un momento de dolor y gratitud.
Días después una de las hermanes, con esa infinita bondad que suelen tener, me dijo «nunca había oído a nadie leer tan bien este texto. Y se imagina que lo he oído leer unas cuántas veces»
Durante las celebraciones del domingo de ramos, que siguieron, he aprendido a ecuchar, a meditar, a sentir ese pasaje. Reconozco que antes, muchas veces había llegado a aburrirme. 

    Se trata entonces de una celebración con dos sentimientos:

a)      El deseo de los hombres. Pensando como tales.
b)      El deseo de Jesús. Cumplir el mandato del padre.

a)      Hossana (sálvanos ahora) pasa en ese único momento de ser un ruego, un pedido al Señor, que se repetía en la fiesta de los tabernáculos, en el salmo 118 —a una exclamación de alegría— ¡el Señor llega a salvarnos! Es la lógica representación de un deseo humano del que no escapó el propio Pedro (Mc 8,32) en su momento.

b)      Hossana a mi Señor, correspondería a abrir el corazón para permitir que reine en nosotros, y si y solo si tuviéramos esa gracia, podríamos decir con alegría Hossana a mi Señor. Sálvame ya Señor.


a)      No es extraño que durante la entrada de Jesús en Jerusalén las expresiones de súplica del salmo se transformaran en gritos populares de júbilo, en definitiva: (Mt 11,25) «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños…» Aunque quizá algunos de ellos días más tarde gritaran «crucifícale»

b)      El mayor temor consiste en que Jesús pase a nuestro lado y no lo veamos, no nos demos cuenta. Decimos con el cántico “Con nosotros está y no le conocemos…”

Escuché decir a un celebrante, en una oportunidad que también podríamos pensar en otra distinción:

a)      Una Fe inicial
b)      Una Fe madura