CANÁ DE GALILEA
Este es un pasaje muy especial para mí. El evangelio
de Juan nos narra el primer milagro de Jesús y describe el sitio “…se celebraron unas bodas en Caná de Galilea…”,
en ese lugar, como en muchos otros de tierra santa, emociona cuando se lee en
el evangelio “se celebraron unas bodas aquí en Caná de Galilea”.
En
varias ocasiones sucedió que siendo yo niño fui con mi padre y mi madre a
alguna casa del pueblo en la que solía haber uno o varios chicos en edad
escolar, como yo en ese momento. Uno de los temas infaltables era el del
estudio y resultaba que siempre alguno tenía dificultades para hacer los
deberes. Cada vez que leo este pasaje del evangelio me parece que oigo a mi
madre decir —explícale como se hace—. Yo, no demasiado sociable, inapelable,
ponía cara de pocos amigos, a lo que ella dirigiéndose a la niña, decía —trae
el cuaderno que te va a decir cómo hacer.
—Y como faltase el vino, dice a
Jesús su madre: "No tienen vino". Y le dice Jesús: "¿Qué tenemos
que ver tú y yo, mujer? … Dice su madre a los que servían: "Todo cuanto él
os diga, hacedlo”—.
La manera de expresarse y de
actuar de la Madre de Dios, me lo recuerda siempre. La forma amable e
imperativa para que hiciera algo que sabía podía hacer sin ninguna dificultad.
No se conoce bien el sitio exacto donde
estuvo situada la ciudad de Caná. En la ciudad de Kefer Kenna, a seis
quilómetros aproximadamente de Nazaret
se encuentra la iglesia, en la cual se conmemora el milagro. Se trata de
la iglesia donde los esposos van a renovar su matrimonio. A la salida no se
puede dejar de comprar un vinito de la zona.
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