miércoles, 24 de enero de 2018

EL SEMBRADOR

     El evangelio del día nos trae la parábola del sembrador Mc 4, 1-20. Jesús enseñaba desde la barca a la multitud reunida a orillas del mar.
     Miramos desde la orilla, parados sobre las pequeñas rocas gastadas. Miramos hacia el mar de Galilea, tranquilo, con sus olitas pequeñas en un día soleado y con una atmosfera no demasiado traslucida.
     Estamos solos. Podemos sentirnos uno más de ese grupo grande, del que lo veía sobre la barca que flotaba deslizándose por la costa, acaso, mientras alguno de los apóstoles remaba.
     Comenzamos a sentirnos parte de ese grupo grande y nos preguntamos si llegaría a nosotros su palabra, si tan solo lo oiríamos.
     En ese entorno, Jesús sentiría nuestra reacción, nuestra respuesta a su palabra… y memorizamos el evangelio de Marcos, el sembrador siembra al boleo, siembra para todos... habla desde la barca para todos los ahí reunidos:
  • Unos han ido siguiendo un grupo de personas y permanecen alejados, no escuchan, se distraen. Quizá ni sepan por qué están ahí.
  • Otros parecen escuchar pero al primer comentario opuesto, o al primer encontronazo cambian de tema.  
  • Otros escuchan, les gusta y cuando se van, ya en el camino piensan en la pesca, en la comida o tan solo en disfrutar de un baño al sol.
  • Otros la escuchan y la practican. La trasmiten, de tal forma que así llega a nosotros, repetida de forma incansable, escrita por el evangelista inspirado, traducción tras traducción, copia tras copia por dos mil años; a mano: en papiro o papel; como texto impreso; hasta que llega a nosotros de muchas maneras, incluso como un conjunto de bits. Llega de tantas formas diferentes, y así sigue…, golpeando cada día a la puerta de nuestros corazones.

  
      …¿Dónde estaremos nosotros, en qué grupo?