Es jueves 8 de noviembre de
2015, el padre Renzo Siri concelebra su primera misa en Tierra Santa, su
atención está centrada en la imagen del lago de Galilea que luce azul y
radiante; casi 200 metros por debajo del nivel del mar y del terreno
circundante. Estamos en el Primado de Pedro. El lugar donde Jesús resucitado se apareció a los Apóstoles y confirmó a Pedro como cabeza de la iglesia. Estamos a cien metros del lugar donde Jesús realizó la primera multiplicación
de panes y peces. Ese viaje sirvió para que conociera a este
sacerdote y su muy loable experiencia de comunidad, experiencia que como otras,
muestra un continuo renovarse, un hecho que ocurre tanto el interior del país como en Montevideo.
El padre Renzo es un ejemplo
de sacerdote de pueblo, llamado a ejercer su función desde muy joven. Comenzó
El seminario menor en 1988 a los 16 años de edad y se ordenó en el año 1998
luego de su formación en filosofía y teología en el seminario mayor. Diez años
de formación. Desde ese año fue afianzando su experiencia actuando en diversas
parroquias, de Pando y Empalme Olmos. Actualmente es párroco de capilla Sagrada
Familia de Sauce.
Si bien el padre Renzo tiene
una actividad destacada dentro de la diócesis de Canelones su estilo de
formación, su labor, su compromiso y su fe son signo de muchos dignos
sacerdotes de estos tiempos en este, nuestro país.
En 2009, hace 11 años, fue
nombrado Asesor diocesano de la catequesis. Su función es regentear, asesorar,
animar y acompañar las 34 parroquias que pertenecen a la diócesis de Canelones.
Elaborar material y subsidios no solo para niños sino también para jóvenes y
adolescentes.
Está al frente de la
pastoral carcelaria de Canelones por iniciativa del Obispo Alberto Sanguinetti
desde 2017, luego de una corta pero intensa formación dentro de la pastoral
carcelaria nacional.
Dice el padre Renzo: «me siento conforme, alegre, más que conforme
realizado, entusiasmado, contento. Este es mi camino. Cada día que pasa voy
renovando mi Sí al Señor en la iglesia, y no hay duda que el Señor me quiere
como sacerdote en este mundo».
En esta entrevista debemos mirar al privado de
libertad en su contexto actual. Sabemos que ha cometido crímenes, algunos
atroces, pero para la Pastoral Carcelaria este es el punto de partida. El
hombre y la mujer dentro de ese entorno. Es tarea de otros grupos velar por su
comportamiento a la salida de la cárcel, luego de cumplida la pena.
Entrevista:
¿Se exige a los privados de
libertad alguna condición de fe para poder asistir a las reuniones?
No se
exige a los privados de libertad ninguna condición de fe para asistir a las
reuniones. Se invita libremente a cada privado de libertad a que participe de
las reuniones. Son convocados libremente, tampoco se exige que participen de la
fe cristiana católica, sino que muchos de ellos son cristianos evangélicos y
con mucho gusto los recibimos.
¿Cuál el objetivo de las reuniones?
El objetivo
de las reuniones es evangelizar. La iglesia existe para evangelizar y con tal
motivo, con tal cometido vamos a la cárcel. Vamos a evangelizar en el nombre
del Señor. Él llama, convoca y los privados de libertad son libres de responder
a esta invitación del Señor.
¿Cómo se desarrolla una visita a la
cárcel?
Vamos,
ahora, con la nueva normalidad, todos los viernes de 10 a 12. El tiempo de la
reunión es de una hora.
¿Se busca catequizar a los
asistentes?
Se busca
evangelizar antes que catequizar a los asistentes. Evangelizar: presentar el
evangelio y por ende muchos de ellos han pedido, por cierto, la preparación
para recibir los sacramentos, sea el bautismo, la confirmación... También se ha
hecho misa dentro de la cárcel. Es la única cárcel del país que cuenta con una
capilla multiconfesional. Trabajando en común con los evangélicos.
¿Se logran trasmitir valores?
¿Cuáles?
Claro que
sí. El valor de la solidaridad, generosidad, ayuda mutua, saber escuchar y
saberse perdonar. La realidad que Dios perdona sus faltas, las faltas
cometidas. Ellos lo van captando y van haciendo una especie de sanación
interior. Dejándose abrir, es el Espíritu Santo que toca sus corazones.
¿Con que experiencias se encuentra
en la cárcel?
Nos
encontramos con todo tipo de experiencias, desde las más duras. Empezando con
que no tienen ropa para vestirse, ni para comer y todas las carencias
espirituales y morales. Todo tipo de experiencias.
¿Cuál es el nivel cultural de los
reclusos?
El nivel
cultural es muy bajo, diría que muy pocos saben leer, hay muchos que leen pero
no entienden lo que leen. Por lo tanto no hay una comprensión del texto, no comprenden
lo que han leído.
¿Cómo se desarrolla la visita?
Ingresamos,
ahora con todo el protocolo sanitario, se exigen los documentos, se concurre a
la capilla, luego el operador carcelario recorre la barraca o los módulos
buscando a los reclusos. Canelones tiene una población carcelaria de alrededor
de mil pesos. Luego de llegados se comienza la reunión haciendo la señal de la
cruz y luego se realiza la lectura de un salmo. Los salmos, cuya composición se
atribuye al rey David, son versos para ser cantados. Se acompañaban con los
instrumentos de la época, la cítara, el arpa. La Biblia tiene 150 salmos, en
ellos se expresan los sentimientos humanos, por eso viene bien rezarlos con los
presos. Hay salmos de alabanza, de petición, de lamentaciones. Es fácil
encontrar en cada estrofa, en cada verso, en cada palabra la experiencia
humana.
Se continúa leyendo el evangelio que
corresponde al domingo siguiente a la visita.
¿Qué es la lectura orante de la
Biblia?
Significa
lectura en el Espíritu Santo. Es decir leer pausadamente el texto, contestando
cuatro preguntas: ¿Qué dice el texto? Sería la comprensión de la lectura. ¿Qué
me dice el texto? Sería la meditación. El tercer paso, ¿qué le digo a Dios a
través del texto? Sería la contemplación y oración. La cuarta pregunta es a que
me compromete el texto.
¿Qué responden?
Responden
siempre muy acertadamente en base a las preguntas del texto bíblico. Muchos a
pesar de no saber leer comprenden lo que se ha leído, lo captan y lo llevan a
su vida concreta.
¿Sabe si en sus lugares, barracas o
módulos, leen o escuchan música? Si es así, ¿qué leen o que música escuchan?
Escuchan
música, leen los textos, hay una biblioteca en la cárcel, no son muchos los que
acuden. De hecho nos han pedido libros, les hemos llevado. Se han llevado por
ejemplo Selecciones.
Se han derivado acciones positivas
a través de estas visitas
Claro que
sí, acciones concretas como la ayuda, la mutua ayuda, es muy interesante la
integración con otros grupos religiosos, especialmente evangélicos. En comunión
con ellos se ha restaurado toda una barraca, dónde, a raíz de un motín,
rompieron el techo y la quemaron. Se hizo totalmente nueva desde cero. Hoy la
integran veinte personas entre evangélicos y católicos.
Su experiencia del viaje por Tierra
Santa, ¿le ha servido en esta tarea?
Por
supuesto que ayudo y mucho, obviamente para el crecimiento personal, conocer
los lugares santos, donde Jesús vivió, se movió, donde murió y resucitó. Fue un
aliciente a lo que es mi vida espiritual y obviamente que ha servido a mi tarea
evangelizadora en la cárcel y en todas las tareas de mi sacerdocio.
¿Tiene situaciones anecdóticas que
podría comentar acerca de la vida en la cárcel?
En la
última visita se oyeron diez disparos desde el módulo de máxima seguridad y
pasaron literalmente una nube de policías azules policías con escopetas son
balas de goma. Eso más que anécdota fue una experiencia muy fuerte y ojalá que
no haya habido heridos.
La primera vez, cuando llegué a
la cárcel habían matado a un preso, entonces, por lo tanto no se pudo ingresar.
Son las dos experiencias más fuertes que he tenido dentro de la cárcel.
¿Cómo ha influido hasta ahora la
situación de pandemia que vive nuestro país?
Nos
estamos habituando a esta nueva normalidad sin privarnos de trasmitir el
evangelio.
¿Cómo juzgaría los resultados
obtenidos?
Es un
trabajo de hormiga, ir despacio, pasito a pasito, unos se dedican a sembrar y
otros cosecharán.
¿Cómo desearía que siguiera
desarrollándose la acción de la pastoral. ¿En que pueden mejorarse?
Desearía
que se siga desarrollando la pastoral en la modalidad en que venimos haciéndola
y obviamente que hay muchísimas cosas a mejorar, por ejemplo que sean más los
operadores carcelarios para ir a buscar más presos. Ahora con la pandemia
estamos con un nuevo aforo a cumplir. Pero a Dios gracias, por decir una cifra,
de un promedio de diez o doce participantes, en la última reunión hubieron 23. Otra
cosa a mejorar es el tema de la comida que es muy mala, hemos hablado con
autoridades de Instituto Nacional de Rehabilitación. Son seres humanos, muchos
viven en condiciones infrahumanas. No hay a veces agua para todos, se bañan con
agua fría. Desde lo humano hay muchísimo para mejorar es la misma comida en
verano que en invierno es una mala alimentación. Estas son cosas a mejorar y a
revisar