En el programa de la agencia de viajes estaba previsto el
alojamiento en un hotel de Jerusalén, luego sobre la marcha cambiaron por uno
en Belén, con sus pros y sus contras. A pesar de situarse a unos pocos
quilómetros de Jerusalén se adicionó un lento viaje de ida y regreso cada día.
Por otro lado, al alojarnos del lado palestino tuvimos el dudoso privilegio de
ver crecer el muro que los divide, un simple muro, nada del otro mundo desde el
punto de vista de su aspecto o de la seguridad. Sí desde el punto de vista de un
mundo cada vez más aislado, y no me refiero solo a ese lugar.
Día a día atravesamos ese muro de papel, el conductor del
ómnibus gritaba a los guardias “tallarines” o algo parecido, que significa
turistas y seguíamos. Pues si hay algo que se respeta en este mundo es el
dinero. Y el turismo deja dinero…
Nosotros, pertenecientes a un país llano y verde nos asombra
que el hotel tenga un acceso desde la calle por el piso cinco y otro acceso también
a la calle, por el subsuelo.
En esa ciudad, cuyo solo nombre inspira, visitamos la
basílica de la Natividad, donde la puerta
tiene poca altura, y si no eres un niño (recordemos los evangelios) tienes que
agacharte para poder entrar.
Es uno de los tres sitios que se disputa el honor
de ser el lugar donde nació Jesús. Como si esto fuera posible para el hombre. Solo Dios lo sabe y
lo ocultó a los sabios y entendidos…
En la ciudad, la basílica convive con templos de altas torres, una muy iluminada
en verde imagen de la medialuna en su extremo superior.
Convive también con enormes imágenes de Arafat, un ícono de
este pueblo musulmán, quién también supo asistir a la misa de gallo en la
basílica.
El chofer cena
aislado del grupo, nos acercamos a hacerle compañía, habla bastante bien
inglés. Al principio se muestra encorsetado, por supuesto, habla con extranjeros
a quienes no conoce, luego se suelta un poco y resulta una conversación
agradable.
muy buena experiencia !!!!
ResponderBorrarRecuerdo en particular la conversación con el chofer sobre Arafat, de quien acabo de leer que era ingeniero civil y que ejerció por más de diez años. Un mundo demasiado conflictivo en una lucha que lleva milenios.
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