Ha pasado algo más de un año desde que tuvimos el Don, o la Gracia
de Dios, de poder realizar la peregrinación.
Ha habido un antes del viaje: analizar posibilidades, distintas
peregrinaciones, precios, decidirnos a emprender esa aventura o no. Averiguar acerca
de los sitios a visitar y decidir si ir, dos mil años después de los sucesos,
nos aportaría algo.
Estuvo luego el viaje en sí. Abrimos este blog antes de salir con
la intención de ir agregando comentarios durante el mismo. También para que
sirviera como medio de comunicación y opinión entre los pocos peregrinos que
fuimos. No funcionó así. Las excursiones comerciales solo piensan en cantidad y
no contenido. Faltó tiempo para meditar en los sitios sagrados.
Al regreso, fui agregando algunos comentarios, los que no hice en
su momento. De ahí surgieron algunas páginas nuevas en el blog. He vuelto a agregar
otras que me han permitido dar el real sentido al viaje. Ha sido el continuar
la peregrinación, incluyendo la lectura de la biblia, que la tuvimos también durante
el viaje, analizando los hechos que sucedieron, como un simple lector con
escasos conocimientos de teología, como un laico más que quiere saber más de
Dios y aumentar su FE.
Con este contenido puedo decir que la peregrinación a Tierra Santa
tuvo un comienzo, un viaje y una larga meditación que me acompañará por todo mi
peregrinar en esta vida.
El viaje me agregó el conocimiento de ver una tierra distinta, otra
geografía, que acostumbrado a caminar los amplios y ondulados campos verdes de
mí país, con abundantísimos cursos de agua por doquier, con lagos planos, no me
permitía imaginar siquiera las vicisitudes que pudieron tener hombres y mujeres
de tierras lejanas en el espacio y en el tiempo. Tan extremadamente conflictivas
hoy como ayer.
Agrego hoy una página con un pequeño comentario de nuestro recorrido
entre Nazaret y el lugar que se venera como del bautismo de Jesús en el Jordán.
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