Los
sacramentos están definidos en el Catecismo de la Iglesia Católica, 1113 y
siguientes. Son siete: Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Penitencia, Unción
de los enfermos, Orden sacerdotal y Matrimonio.
El
catecismo de la iglesia católica comienza a definir los sacramentales en el
ítem 1667 como signos sagrados que imitando a los sacramentos expresan efectos
espirituales que disponen a los hombres a recibir los sacramentos y santifican
las diversas circunstancias de la vida.
Agrega
luego agrega bajo el subtítulo La religiosidad popular en el ítem 1674 «Además
de la liturgia sacramental y de los sacramentales, la catequesis debe tener en
cuenta las formas de piedad de los fieles y de religiosidad popular. El sentido
religioso del pueblo cristiano ha encontrado, en todo tiempo, su expresión en
formas variadas de piedad en torno a la vida sacramental de la Iglesia: tales
como la veneración de las reliquias, las visitas a santuarios, las
peregrinaciones, las procesiones, el vía crucis, las danzas religiosas, el
rosario, las medallas, etc. (cf Concilio de Nicea II: DS 601;603; Concilio de
Trento: DS 1822)»
Es
por demás claro que esta peregrinación realizada a Tierra Santa constituye un
acto de religiosidad popular, no está tan claro si se constituye en un sacramental,
aunque podría decirse que sí. La misa diaria, la lectura constante de los
Evangelios en los sitios visitados, la oración permanente, la renovación del
bautismo o del matrimonio…
Pero
pienso que fundamentalmente se constituye en un Sacramental por la ayuda que
brinda a posteriori. Como comentaba en la entrada del 9 de mayo de 2017, lo
vivido durante el transcurso de la peregrinación nos facilita enormemente la
comprensión de muchos pasajes bíblicos. Tal como lo venimos comentando en este
blog, para que sirva de ayuda a quienes no ha podido conocer esos lugares, este
mejor conocimiento apoya la preparación de la Eucaristía en cada celebración.